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En la actualidad, el principal reto en los productos lácteos frescos es la contaminación por levaduras y mohos, que están presentes de forma natural en todas partes y pueden llevar al deterioro de los productos durante la cadena de valor, desde la producción hasta la mesa del consumidor.
Para hacer frente a este problema, la empresa de biociencia Chr. Hansen ha desarrollado una serie de cultivos que permiten que los productos lácteos se mantengan frescos por más tiempo. El concepto de cultivo se llama FreshQ y proporciona la protección efectiva de los productos lácteos fermentados como el yogur, nata ácida, tvarog y quesos blancos en salmuera (Feta).
“Los cultivos FreshQ (Finalista del premio Dairy Innovation en la feria Food Ingredients Europe de este año) han sido desarrollados como una alternativa natural con “etiqueta limpia” para sustituir a los conservantes químicos. Están basados en cepas únicas de bacterias ácido lácticas trabajando de forma muy eficiente en sinergia con el cultivo principal”, según explica la compañía.
“Los consumidores quieren productos naturales, pero es un gran reto hacer un yogur natural o nata ácida, y al mismo tiempo asegurar que están frescos y sin deterioro hasta el final de la vida útil. Nuestros estudios han demostrado que FreshQ tiene un significativo efecto antimohos”, aseguran. Además, se ha comprobado que los cultivos FreshQ aumentan la frescura percibida de varios productos lácteos en aplicaciones de clientes, especialmente cerca del final del tiempo de vida útil”, añaden.