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Se ha convertido en la solución perfecta que apueste por la innovación, la flexibilidad y, por supuesto, la sostenibilidad real.
Los próximos años serán clave en el desarrollo y evolución del packaging sostenible, no solo la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que entró en vigor el pasado año. Sino también por la aprobación a principios de este año del impuesto adicional sobre el plástico no reciclado, fabricado o importado en España.
Ante este panorama, las empresas ya han comenzado a buscar opciones de packaging más sostenible, con materiales biodegradables, reciclables y soluciones innovadoras que reduzcan el desperdicio de embalajes en favor del medioambiente.
El packaging sostenible se ha convertido en la solución perfecta que apueste por la innovación, la flexibilidad y, por supuesto, la sostenibilidad real.
Supone un gran impacto en los lineales de los supermercados, por ejemplo, a través del uso de envases flexibles y verticales, que reúnen las máximas propiedades de estabilidad y conservación. Permitiendo una mejor gestión logística y mayor versatilidad en su utilización.
También mejoran la experiencia de cliente en un negocio digital, en los ecommerce, el uso de cajas personalizadas ayudará a fortalecer la relación entre el cliente y la marca.
En el aspecto medioambiental, los envases sostenibles suponen un ahorro en el coste ecológico, ya que utilizan mucho menos de plástico en comparación con los tradicionales.
Gracias a su mejor aprovechamiento del espacio, los envases sostenibles suponen también un ahorro en la logística, tanto en materia de transporte como de almacenaje.
El packaging del futuro no solo se centra en reducir su impacto medioambiental y cumplir con la legislación vigente y las normativas europeas, sino también en un doble objetivo: por un lado, mejorar su desempeño logístico, reduciendo tamaño y recursos; y, por otro, resultar más atractivo para un consumidor que busca un diseño atractivo y que cada vez está más concienciado con su entorno.