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La proactividad de la industria y el papel de liderazgo de la Presidencia Española en Europa en la negociación son claves para facilitar la transición sostenible hacia una economía circular de los envases y los alimentos.
Representantes del sector público y privado se han dado cita este jueves en el II Foro Iberia: “Economía circular en la industria agroalimentaria” con los objetivos de reflexionar sobre los retos y oportunidades de la transición hacia una economía circular de los envases y los alimentos. Para facilitar una transformación sostenible, se ha puesto de manifiesto la importancia del esfuerzo en inversión y adaptación de la industria a las exigencias de la Unión Europea y España, pero también la necesidad de flexibilidad del futuro Reglamento de envases y residuos de envases y la evaluación de su impacto sobre la cadena de valor agroalimentaria.
Precisamente esta temática es de especial interés en clave europea en 2023, ya que tanto la Presidencia sueca en la Unión Europea, en el primer semestre, como la española en el segundo, formarán parte del debate sobre la circularidad de los materiales. Además, España participará activamente en la negociación del futuro Reglamento. La consolidación de este documento puede impactar tanto en la forma de consumo de los alimentos para la sociedad, como en la búsqueda de soluciones a la hora de adaptarse a las nuevas exigencias para la industria de los envases, los recicladores y los productores de alimentos.
La segunda edición del Foro Iberia, organizado por Tetra Pak en colaboración con la Embajada Sueca, ha contado con la presencia de Teppo Tauriainen, embajador de Suecia en España; Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y José Miguel Herrero, director general de la Industria Alimentaria en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; y un foro de debate con la participación de Ramiro Ortiz, director general de Tetra Pak Iberia; Adriana Bonezzi, secretaria general de Marcas de Restauración; Manuel Domínguez, director general de ASPAPEL; Carmen Lence, CEO de Grupo Lence; Javier Valle, secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Zumos y Gazpachos, y la moderación de Álvaro Bárez, secretario de la APAE.
“Desde la perspectiva sueca, el 2023 es un año importante en las relaciones bilaterales entre España y Suecia, considerando nuestras presidencias consecutivas en el Consejo de la Unión Europea. Una de las prioridades de la presidencia sueca es la transición verde, y también lo será para el Gobierno de España. Para lograrla, es fundamental una estrecha cooperación entre el nivel político, que define las reglas de juego, y el sector industrial, necesario para que los alimentos sean seguros y estén disponibles en todas partes”, ha explicado el embajador en la inauguración del acto.
Con respecto a la próxima consolidación del Reglamento de Envases y Residuos de Envases, Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha señalado que "creemos firmemente que disponer de instrumentos normativos que armonicen, que den seguridad jurídica a las actuaciones y que establezcan la senda por la que transitar es necesario para avanzar en un modelo circular de producción y consumo y, en definitiva, en una modelo de sostenibilidad que combine los pilares ambientales, sociales y económicos. Para esto, es fundamental la cooperación y la predisposición por parte de MITECO es absoluta”.
Respuesta conjunta de la industria
“El sector agroalimentario español está plenamente comprometido con la sostenibilidad entendida de una manera social, ambiental y económica, haciendo que España esté en cabeza de la producción de alimentos de calidad y con una enorme responsabilidad ambiental y con un compromiso firme y decidido con la economía circular”, ha señalado José Miguel Herrero, director general de la Industria Alimentaria en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. De hecho, durante los últimos años, se han registrado cambios y avances significativos por parte de toda la cadena de valor de la industria agroalimentaria que garantizan mejores prácticas como fomentar la utilización de energía renovables, recursos y materias primas de origen responsable y certificadas, avanzar en la descarbonización de las operaciones industriales, entre otras prácticas, que contribuyen a la resiliencia global del sistema alimentario.
Para adaptar su modelo de negocio a las nuevas necesidades y exigencias en materia de circularidad, Ramiro Ortiz, director general de Tetra Pak Iberia, detalla que “a nivel global la compañía ha iniciado un plan de inversión de 100 millones de euros al año durante los próximos 10 años con objetivos claros como avanzar en lograr el envase alimentario más sostenible del mundo a base de materiales reciclados y/o de fuentes renovables; totalmente reciclable y neutro en carbono. Envases que reducen el desperdicio alimentario y que introducen modificaciones importantes vinculadas al ecodiseño, como son las pajitas de papel y los tapones unidos al envase, con el objetivo de facilitar su reciclaje y de ayudar a nuestros clientes con cumplir con la normativa europea y española”.
Manuel Domínguez, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL), en su turno de palabra ha señalado que “el compromiso mantenido por las empresas que integran el sector del papel y cartón con la economía circular y la descarbonización industrial se ha materializado en una importante reducción de emisiones totales de CO2, más del 21%; en una elevada tasa de reciclaje, por encima del 78%; y en una constante inversión en innovación y renovación tecnológica que supera los 1.754 millones de euros. Todos estos factores han propiciado que esta industria esté en continua transformación con un enfoque específico en mercados con mayor valor añadido como es el de los envases de alimentos”.
En su turno de palabra, Javier Valle, secretario general de la Asociación Nacional de Fabricantes de Zumos y Gazpacho, “nuestro sector tiene un firme compromiso con la sostenibilidad medioambiental, económica y social. Llevamos muchos años trabajando en la circularidad de nuestros procesos a lo largo de toda la cadena de valor. En el momento actual, de gran desarrollo regulatorio en el área de envases, creemos que es fundamental analizar la viabilidad técnica e impacto de las medidas planteadas sobre cada sector para seguir avanzando en la promoción de una economía más circular. Por ejemplo, es fundamental conocer la sensibilidad microbiológica y composición nutricional del producto, así como su proceso de elaboración y logístico con el objetivo de plantear las medidas adecuadas”.
Con esta relación de esfuerzos en inversión y adaptación, los diferentes actores de la industria coinciden en que, a la hora de regular, ha de tenerse en cuenta el impacto de las medidas sobre toda la cadena de valor para lograr una transformación industrial sostenible.
En este sentido, Ramiro Ortiz, propone ampliar el enfoque de sostenibilidad, “desde nuestro punto de vista, el objetivo de las políticas públicas ha de conjugar la sostenibilidad medioambiental con la sostenibilidad social e integrar la seguridad alimentaria y la reducción del desperdicio alimentario, como parte clave de la ecuación. Todos los envases del mercado deben contribuir a los objetivos de descarbonización del Pacto Verde de la Unión Europea, pero también a los objetivos de garantizar alimentos suficientes, asequibles y nutritivos de la Estrategia de la Granja a la Mesa”.
Como ha señalado, Carmen Lence, CEO de Grupo Lence, “desde el trabajo conjunto y el entendimiento de los límites y capacidades de mejora podremos alcanzar objetivos importantes, como lograr un envase lo más sostenible y útil posible. Nuestro reto sigue siendo garantizar la calidad de nuestros productos, consumidos por miles de ciudadanos en todo el país cada día. Esa es la línea que hemos seguido, por ejemplo, con nuestra marca Leche Río de Galicia, con la que hemos ido evolucionando el envase para que fuese más sostenible. No todos los productos alimentarios comercializados son los mismos y no existen soluciones sostenibles válidas para todos. Las exigencias deben tenerlo en cuenta para llegar a un punto que sea positivo para todos”.
Por la parte que implica a la restauración, Adriana Bonezzi, secretaria general de Marcas de Restauración ha subrayado el compromiso de sus marcas con las normativas de economía circular, de envases y residuos y contra el desperdicio alimentario, “por ello, consideramos oportuno una mayor escucha y participación por parte de las Administraciones Públicas en la elaboración de los textos legislativos. En la misma línea, desde la asociación apelamos a la seguridad jurídica en un marco de hiperregulación europea, española y autonómica y consideramos esencial una mayor concienciación y colaboración ciudadana para reducir el desperdicio alimentario en los hogares”.
Una circularidad real de los envases y alimentos
Con respecto a la gestión de los residuos, la industria aboga por diseñar desde la colaboración público-privada un sistema eficiente, y solicita una posición flexible y de liderazgo a la Presidencia Española para la negociación de los objetivos de reutilización, contenido reciclado y recogida que permita una circularidad real de los envases y que contemple que no todas las soluciones son válidas para todos los productos.
A este respecto, se han puesto sobre la mesa algunas propuestas como, excluir de los objetivos de reutilización a los envases de determinados líquidos sensibles, como los zumos o bebidas vegetales para evitar poner en riesgos la seguridad alimentaria de los consumidores y es que, como explica Ramiro Ortiz, “un envase reutilizable no garantiza las mismas funciones que un envase aséptico, como son la garantía de la seguridad alimentaria, prolongar la vida útil del alimento sin refrigeración de una semana a un año y sin necesidad de conservantes, además de reducir el desperdicio alimentario y garantizar su disponibilidad en todas partes”.
Para los objetivos de contenido reciclado, dada la escasez de plásticos reciclados a precios competitivos, se ha planteado la posibilidad de considerar los plásticos de origen vegetal o el reciclado químico como una opción. Además, como añade Ortiz, “los plásticos de origen vegetal, como los derivados de la caña de azúcar, son una alternativa con menor impacto ambiental a los plásticos de origen fósil”.
Para alcanzar los objetivos de recogida y reciclaje a escala que establece la Comisión Europea, algunas de las iniciativas propuestas implican fijar un objetivo obligatorio de recogida separada para los cartones para bebidas de un 90% y complementar el sistema de recogida con otros sistemas de depósito, devolución y retorno (SDDR) como ya se ha regulado en España si no se alcanzan los objetivos. “La recogida es el primer paso para alcanzar un reciclado de calidad. Si se plantean desde un punto de vista integrador, estos sistemas permiten ahorrar costes a las empresas, concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de una gestión eficiente de los residuos y, en definitiva, aumentar las tasas de reciclado de calidad”, concluye Ortiz.