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Se observa un desplazamiento de la demanda de productos como vacuno o cordero, hacia categorías más económicas como pollo y cerdo.
En los últimos meses, la cuarta industria de España, la cárnica, como el resto de sectores industriales, está afrontando las consecuencias derivadas de la crisis sanitaria. Estos y otros retos han sido abordados este miércoles en la mesa redonda virtual organizada por Ainia. Moderada por su directora general, Cristina del Campo, han participado el director de marketing de Cárnicas Serrano, Alejandro Salvador; el director de RRHH del Grupo Miguel Vergara, Fernando Rodríguez y el director general de UVESA, Raúl Gómez.
Sube la demanda de productos más económicos
La crisis económica derivada de la situación provocada por la COVID-19 está centrando la atención de los consumidores en los precios. En el sector cárnico, esto se traduce en un desplazamiento de la demanda desde productos como vacuno o cordero, hacia categorías más económicas como pollo y cerdo, y también en la búsqueda de reducción de los precios de producción (especies más productivas, diseño de piensos más eficientes, etc.)
El director de RRHH del Grupo Miguel Vergara ha explicado que donde más han advertido la incidencia de la COVID “ha sido en la venta de productos con alto valor añadido más enfocadas a la hostelería y el turismo, que sí se han visto afectadas en el mercado nacional y hemos derivado a la exportación”.
Sobre la evolución de estas tendencias, el director de marketing de Cárnicas Serrano, Alejandro Salvador, ha explicado que la dualidad de esta crisis, sanitaria y económica, “hace que la necesidad de ahorro y la seguridad alimentaria influyan especialmente en los hábitos de consumo; pero también existen otras motivaciones que intervienen en el comportamiento del consumidor como que visita menos veces la tienda, que toca menos, compra más cantidad…., que también afectan a las ventas, promoviendo que por ejemplo, los formatos ahorro tengan más protagonismo”.
Por su parte, el director general de UVESA, Raúl Gómez, ha explicado que “la carne de pollo está muy ligada al precio, por lo que mantenemos nuestra línea donde la eficiencia en la producción es lo que nos permite estar en el mercado. Estamos notando cierto crecimiento de ventas en cuanto a la proximidad al hogar, los consumidores ahora se desplazan lo menos posible para hacer la compra; se mantiene el formato familiar por esa misma razón, pero también empiezan a surgir formatos más pequeños”, ha añadido.
Las preferencias por alimentos saludables, funcionales y sostenibles se aceleran con la pandemia
La directora general de Ainia, Cristina del Campo, ha señalado la existencia de un impulso de las tendencias hacia la alimentación saludable, funcional y sostenible qua ya se venía observando antes de la pandemia.
Fernando Rodríguez, (Grupo Miguel Vergara) ha explicado que hace unos años “lanzamos una línea muy baja en grasa y alta en proteínas con muy buena acogida. A nivel de packaging estamos haciendo investigaciones de líneas de envase donde vamos a desechar todos los plásticos y los productos van a ir en cartón”.
Para Raúl Gómez (UVESA): “La pandemia nos ha hecho ajustarnos a las circunstancias, pero no a nuestras líneas estratégicas que mantenemos: reducción de antibióticos, uso de plásticos reciclables, seguimos con una estrategia marcada de productos más naturales, sin aditivos…”.
Alejandro Salvador (Cárnicas Serrano) ha destacado que “salud, placer y conveniencia siguen vigentes y las oportunidades vienen por el consumo en el hogar: ayudas culinarias y platos elaborados son algunos ejemplos”.
Los productos alternativos a la carne tradicional tardarán en llegar al consumo habitual
En el último año, han aparecido en los supermercados españoles las primeras hamburguesas vegetales y otros productos elaborados sustitutivos de los cárnicos. El director general de UVESA, Raúl Gómez, cree que todavía es pronto para hablar de un consumo importante de estos productos “probablemente tengan un hueco en el mercado en el futuro, pero no para el consumidor actual”.
Para el director de marketing de Cárnicas Serrano “es un segmento todavía muy minoritario, que representa el 0.02 % de facturación. Tenemos que tener claro nuestro objetivo y cada compañía debe escoger su estrategia. Nosotros nos dirigimos a una mayoría de la población que es omnívora”.
En opinión del director de RRHH del Grupo Miguel Vergara “es una tendencia más, pero no es competencia para los productos cárnicos donde la calidad y la seguridad están garantizadas. No estamos en el mismo mercado que los procesados vegetales”.
¿Cómo pueden las marcas salir reforzadas de esta crisis?
Según Alejandro Salvador (Cárnicas Serrano) es un momento de “oportunidad brutal por los cambios en su modo de vida que está experimentando el consumidor, por lo que debemos conectar con esas nuevas motivaciones de los consumidores”.
En nuestro caso, ha explicado Fernando Rodríguez (Grupo Miguel Vergara), “hemos tenido un importante crecimiento de nuestra tienda online derivado del quédate en casa, lo que nos ha hecho generar empleo porque es una preparación de pedido más manual y con una serie de condiciones: el pedido tiene que estar en 24/48 en el domicilio, sin perder la cadena de frio..., que requieren de mayor dedicación”.
“Es difícil crecer en marca por la parte de producto fresco donde la marca no es tan relevante para el consumidor, pero sí tenemos margen por la parte de productos elaborados”, ha apuntado Raúl Gómez (UVESA).
Digitalización, una ventaja en tiempos de COVID
Desde sus inicios, la pandemia ha servido para subrayar las ventajas de la digitalización. Cristina del Campo (Ainia), ha señalado como “en los últimos meses muchas empresas han incorporado estas herramientas que incluyen posibilidades de mejora desde la fase ganadera hasta la relación con el cliente”.
En este sentido, Raúl Gómez (UVESA) ha indicado que “llevamos un desarrollo tecnológico continuado en aspectos como, por ejemplo, que los granjeros hacen los pedidos de pienso online, y en general, las plantas en el sector avícola están muy automatizadas. Sí que advertimos que el avance cada vez más rápido de la robotización, hace que mejoremos en eficiencia y el retorno de la inversión sea más rápido”.
Alejandro Salvador (Cárnicas Serrano) destaca que “dimos el paso hacia la digitalización hace dos años y pasamos a convertirnos en una empresa 4.0. En este sentido, nos ha venido muy bien el haber estado preparados para asumir cambios a nivel producción y logístico. El proceso de digitalización también se ha dado en los consumidores para el que “se han roto algunas barreras que abren oportunidades al comercio online, códigos QR, etc, y a los diferentes formatos digitales con los que las marcas pueden conectar con el consumidor final”, ha añadido Alejandro Salvador.
Tercer exportador mundial de productos cárnicos
La industria cárnica española es el primer sector exportador de la industria agroalimentaria española y una potencia en el mercado mundial de productos cárnicos, como tercer exportador mundial, sólo por detrás de Estados Unidos y Alemania, y superando a Canadá.
“La exportación es un cliente más a tener en cuenta. Cuantos más clientes y más mercados mejor, porque consigues mayor flexibilidad para compensar problemas que puedan surgir, pero debe ser algo continuo, no motivada por un aprovechamiento del producto”, ha resaltado Raúl Gómez.
El cuarto sector industrial en España
La industria cárnica es el cuarto sector industrial de nuestro país, sólo por detrás de la industria del automóvil, la del petróleo y combustibles y la producción y distribución de energía eléctrica. El sector, incluyendo mataderos, salas de despiece e industrias de elaborados, consta de un tejido industrial formado por unas 3.000 empresas, distribuidas por toda la geografía española.
La producción conjunta de estas empresas hace que la industria cárnica ocupe el primer lugar de toda la industria española de alimentos y bebidas, representando una cifra de negocio de 26.882 millones de euros, el 22,6% de todo el sector alimentario español. Esta cifra supone aproximadamente el 2,24% del PIB nacional. Además, representa el 23,8% de la ocupación total de la industria alimentaria española.