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La empresa ha obtenido más calidad y seguridad alimentaria, una capacidad de producción multiplicada por 10 y un proceso mucho más automatizado, controlado y eficiente para su personal.
Las legumbres más selectas de España tienen su origen en esta empresa familiar con 57 años de historia y fundada por Antonio Jiménez Martín, padre de Vicente Jiménez Blanes, actual CEO de la compañía. El 70% de su producción está centrada en el garbanzo. Así, Legumbres Selectas Sierra Nevada, gestiona unas 5.000 hectáreas en las campiñas de secano de Andalucía de producción propia y obtiene entre 5.000 y 7.000 toneladas de garbanzos al año.
Concretamente de dos variedades de garbanzo: un 30% de Garbanzo Blanco Sierra Nevada y un 70% de Garbanzo Pedrosillano Sierra Nevada. Esta última es una variedad desarrollada por su ingeniería que proporciona un mayor rendimiento y producción y ofrece una mayor resistencia a las enfermedades propias de este cultivo de garbanzo. Adicionalmente, procesan lentejas, lo que supone un 20% de su producción y, finalmente, alubias, que completa el otro 10%. Son proveedores de los más exigentes e importantes envasadores, conserveros y fabricantes de legumbres en España, Francia, Italia, Bélgica, Holanda, así como de fabricantes de harina, hummus y falafel en España, Norte de Europa, Turquía, Pakistán, Argelia y Túnez.
“Legumbres Selectas Sierra Nevada comenzó su andadura hace más de cinco décadas y ha sido construida con el esfuerzo de una familia. Nuestro objetivo es ofrecer un producto de la más alta calidad diferenciándonos, así, de otros procesadores. Esta inversión ha sido un punto de inflexión muy importante en nuestra trayectoria empresarial. Pero ha resultado mucho más que eso: ha sido una apuesta de futuro con la que hemos conseguido algo inimaginable. Cuando vi la Nimbus BSI+ funcionando por primera vez, supe que era excepcional, pero no me imaginaba lo que nos podía ofrecer y lo que nos iba a aportar. Los resultados son asombrosos, la pureza de nuestro producto es del 99,9% y hemos pasado de procesar 500 kg/h a una capacidad instalada total de 5.000 kg/h. El salto ha sido espectacular”, asegura orgulloso Vicente Jiménez.
Como proveedores de grandes marcas, como Litoral (de Nestlé), la selección mecánica, incluso reforzada con la selección manual e inspección visual (HPS), no era capaz de superar algunos problemas: la presencia de cuerpos extraños peligrosos (piedras, cristales, madera, cerámica); eliminar la contaminación cruzada contra otras variedades de garbanzo y semillas vegetales; o desechar granos de garbanzos arrugados, manchados, decolorados o degenerados que no son apropiados para su categoría premium.
“Fue precisamente Nestlé, y su alta exigencia en calidad y seguridad alimentaria, quien a través de su Departamento de Aseguramiento de la Calidad nos formó en seguridad alimentaria mundial (GFSI) y nos animó e impulsó a buscar, desarrollar e implantar esta tecnología, de la mano de la ingeniería de Tomra”, matiza Vicente Jiménez.
Cuando Legumbres Selectas Sierra Nevada contactó con Tomra, su intención era adquirir tecnología de escaneo de rayos X. Pero el equipo técnico de Tomra, con su amplia experiencia, enseguida se dio cuenta de que eso no era suficiente. El departamento técnico de Bélgica sugirió en su lugar la Nimbus BSI+, una selectora de alto rendimiento que destaca por su alta precisión a la hora de eliminar elementos no deseados. Dicho y hecho: después de tres viajes a Bélgica, y de realizar pruebas con producto propio, Vicente Jiménez no tuvo dudas. “Incorporar las dos Nimbus BSI+ es lo mejor que hemos hecho en nuestros 57 años de trayectoria. La emoción de mi padre cuando vio los equipos trabajando fue la prueba definitiva”, afirma convencido.
Y es que las palabras de Antonio Jiménez Martín lo dicen todo: “Ha merecido la pena recorrer tantas estaciones con el tren de mi vida para llegar a esta última y conocer a Tomra y a su fantástico equipo de ingeniería. Nunca imaginé que podríamos procesar nuestro maravilloso garbanzo con una pureza y una calidad tan altas y a una velocidad y capacidad de procesamiento tan elevadas. Es asombroso, cobra sentido todo el esfuerzo económico, humano y personal realizado”.
Tal y como explica Alejandro Palacios, director de ventas de Tomra Sorting Food para España y Portugal: “La tecnología de rayos X, que sólo puede detectar piedras, cristales, metales y cerámica, se les quedaba corta. Vicente Jiménez quería lo mejor para sus clientes, así que cuando vio todas las posibilidades que ofrecía la Nimbus BSI+, se dio cuenta de que el potencial de mejora era altísimo. Concebida en un principio como una selectora líder en el mercado de frutos secos, esta máquina ya se ha configurado para nuevas aplicaciones ofreciendo un resultado excepcional. Por tanto, después de trabajar conjuntamente, se adaptaron las dos máquinas: se equiparon con cámaras frontales (tecnología BSI+) y láser trasero con diferentes colores: rojo infrarrojo y azul, y rojo infrarrojo y verde, respectivamente. El resultado ha sido fantástico. Legumbres Selectas Sierra Nevada ha aumentado su cartera de clientes y, en este momento, tiene la tecnología más avanzada del sector en toda Europa”.
Cómo enfrentarse a un 30% de crecimiento de la demanda
En este contexto, además de encontrar equipos de selección eficientes, el objetivo era mantener los parámetros de calidad y seguridad alimentaria a los que Legumbres Selectas Sierra Nevada ofrece a sus clientes. Entonces se enfrentaron a una circunstancia excepcional: una demanda exponencial derivada del confinamiento ocasionado por la pandemia del coronavirus COVID-19.
“Hemos tenido un incremento de demanda de un 30% y estimamos que, en los próximos meses, se estabilice en torno a un 20%. Ha habido un claro almacenamiento de legumbres en los hogares porque se trata de un alimento básico, nutritivo, saludable y muy asequible a nivel económico. Su alto periodo de caducidad (2-3 años) lo ha convertido en uno de los productos más demandados durante estos meses de confinamiento.
Además, la tendencia es cambiar proteína animal por vegetal. Así, las legumbres, ya sea cocinadas al estilo tradicional o bien en formatos muy de moda como el hummus o el falafel, han disparado sus ventas en la época en la que hemos estado en casa. Se trata de productos que se adaptan a los nuevos tiempos, son rápidos de preparar saludables y muy nutritivos. Todo esto ha dado lugar a tal crecimiento de la demanda que hemos tenido que reaccionar, incrementando nuestra producción y reforzando la actividad comercial. Sin nuestras nuevas líneas de selección de Tomra no lo hubiésemos conseguido”, apostilla Vicente Jiménez.
Nimbus BSI+, tecnología clave para una mayor expansión internacional
Legumbres Selectas Sierra Nevada apostó y confió en la experiencia de Tomra para dar una adecuada respuesta al mercado. “Acabamos la instalación de las dos Nimbus BSI+ el pasado mes de enero y tuvimos el tiempo justo de ponerlas en marcha antes del confinamiento. Sin ellas no hubiésemos podido atender la excepcional demanda recibida”, afirma tajante Vicente Jiménez.
Con la tecnología BSI+, además del incremento de la producción, la empresa ofrece la mejor calidad del mercado y cumple con otra de sus premisas fundamentales: la seguridad alimentaria. Actualmente, se encuentran inmersos en la consecución de otro de sus objetivos: la implantación de un sistema de garantía de calidad y seguridad alimentaria (SGCA / GSFI), según la norma de calidad IFS versión 7, que garantiza la transparencia en toda la cadena de suministro, entre otros objetivos. A este respecto, Vicente Jiménez manifiesta: “Con las Nimbus BSI+ podemos acceder hoy a esta certificación, clave para nuestra expansión internacional”.
Nimbus BSI+, múltiples ventajas para el proceso en un único equipo
La Nimbus BSI+ funciona detectando las características biométricas de los objetos y es capaz de eliminar una gran cantidad de cuerpos extraños y materia vegetal no deseada.
El proceso tradicional comienza con los garbanzos recién llegados del campo. Pasan por un proceso de prelimpia y, tras varios equipos de selección mecánica, se someten a una inspección manual y visual (paso en el que la que la empresa contaba con un equipo de 12 personas). El principal inconveniente es que la densidad y el color de esta legumbre pueden ser iguales que los de una piedra u otros cuerpos extraños peligrosos, siendo muy difícil eliminarlos del producto. Esto puede derivar en el incumplimiento de la normativa en seguridad alimentaria que exige un máximo de 5 piedras por tonelada. Durante el proceso también pueden colarse otros cuerpos no deseados, como habas y otras semillas de origen vegetal de las cosechas previas.
Con Tomra, la diferencia con el proceso convencional es abismal. Los garbanzos llegan directamente a las selectoras mecánicas tras la prelimpieza previa, pasan después por las Nimbus BSI+, que proceden a una clasificación que garantiza un 99,9% de pureza en tasa de calidad y, finalmente, por potentes detectores de metales. De este modo, se reduce el equipo de inspección (que es ahora visual, no manual, y cuenta solo con 4 personas). Así, la empresa ha logrado reubicar al equipo de inspección manual que ahora dedica sus esfuerzos a las valiosas tareas de control de calidad. El resultado es una selección extremadamente precisa y afinada que no puede lograrse con el ojo humano y un aumento de la eficiencia de todo el proceso.
Por si esto fuera poco, la empresa ha ganado en calidad de vida. “A nivel personal, en nuestro día a día, los nuevos equipos han supuesto un antes y un después. La automatización del proceso de selección nos deja más tiempo para planificar nuestra carga de trabajo y producción y para realizar las labores esenciales de mantenimiento y limpieza los viernes, dentro de la jornada laboral habitual de fábrica”, manifiesta Vicente Jiménez.
La configuración de los programas es muy fácil. “Mi equipo y yo nos ocupamos personalmente de calibrar las máquinas. La Nimbus BSI+ es una máquina muy intuitiva y con un software fantástico y el cambio de programación es muy sencillo. Hoy ofrecemos únicamente 4 variedades de legumbres, pero existen otras 37 más. Dada la sencillez para adaptar los programas nos podremos plantear, en un futuro no muy lejano, ampliar nuestra gama de productos”, apunta. “También su mínimo mantenimiento es un plus. Limpiamos las máquinas con equipos de aire comprimido y no nos ha hecho falta sustituir ninguna pieza, o elemento de las máquinas, desde su puesta en marcha, trabajando al 100% de su capacidad”.
Por último, cabe destacar la escrupulosa selección, lo que reduce el falso rechazo a menos de un 1%. “Lo más sorprendente es lo concentrado que está el rechazo. Con la Nimbus BSI+, al ser capaz de eliminar muchos elementos a la vez, se corre el riesgo de que se pierda producto bueno. Con Tomra todo lo desechado es producto verdaderamente malo”, puntualiza Alejandro Palacios.
Un ejemplo de trabajo en equipo
Tomra ha sido fiel a su filosofía de estar al lado de sus clientes, escuchar sus necesidades y adaptar su tecnología para maximizar el resultado de esta planta. Incluso en estos tiempos convulsos por la pandemia, nada ha conseguido parar este ambicioso e innovador proyecto. Ambas empresas han remado en la misma dirección para lograr el éxito. “El equipo de Tomra es sencillamente excepcional. Siempre están localizables y dispuestos a dar una vuelta de tuerca más hacia la excelencia. Sin duda, recomiendo Tomra y la Nimbus BSI+. Su incorporación a nuestro proceso de selección ha supuesto un giro de 180 grados y nos ha abierto un horizonte muy prometedor”.
Alejandro Palacios, por su parte, concluye: “Esta empresa familiar se ha consolidado como proveedora de los clientes más exigentes e importantes del mercado a nivel nacional y europeo. Además, la implicación de Vicente Jiménez nos ha permitido adaptar nuestra tecnología a una nueva aplicación que antes no contemplábamos. La instalación ha quedado fantástica, de las que merece la pena enseñar. En definitiva, estamos encantados de ver cuánto hemos podido aportar no sólo a nivel de negocio, sino también a nivel humano”.