Empresas Premium
Ha sido validado con diferentes envases como productos de platos preparados y otros alimentos envasados en bandeja o en bolsa. El prototipo ha sido patentado.
Ainia centro tecnológico ha desarrollado un sistema de inspección avanzada que capta la distribución de la temperatura de la zona de sellado en envases poliméricos para detectar, en tiempo real, cualquier posible defecto que se pueda producir durante el proceso de formado, llenado o cierre.
Este prototipo, basado en el sistema de termografía (capta la imagen térmica), ha sido evaluado con éxito en diferentes tipos de envase como: platos preparados, frutos secos y elaborados cárnicos envasados en bandeja o en bolsa. Además, ha sido patentado.
Ricardo Díaz, jefe del departamento de Instrumentación y Automática de Ainia centro tecnológico y coordinador del proyecto Foodscan: “Los productos alimenticios son perecederos y es fundamental un correcto envasado para mantener la vida útil y evitar su deterioro. El mercado tiende a presentar los alimentos en envases de materiales plásticos porque son de bajo peso, permiten ver el producto, garantizar sus propiedades y son de bajo coste. Sin embargo, el cierre no siempre es hermético, lo que puede dar lugar a que el producto se deteriore rápidamente. Con este sistema, logramos garantizar la integridad de los envases y permitir que el alimento llegue en perfectas condiciones al consumidor”.
Valida dos prototipos más de sistema de inspección avanzada
En el marco del proyecto Foodscan, que cuenta con el respaldo del Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial (IVACE) y está cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), Ainia centro tecnologico ha desarrollado y validado dos prototipos más de inspección avanzada: uno basado en imagen química y otro de visión infrarroja.
El centro tecnologico ha validado el prototipo de inspección basado en imagen química, técnica innovadora que permite obtener en tiempo real un mapa de la composición del producto que se está procesando. El sistema se basa en la tecnología de visión espectral mediante la que, a través de un sensor se obtiene la huella espectral infrarroja del alimento, que permite identificar la composición química de cada producto, a diferencia de los métodos de inspección convencionales que tan sólo permiten evaluar características relacionadas con el color y la forma.
El prototipo desarrollado se ha validado para dos aplicaciones:
En una de ellas se evalúa el cien por cien de la composición de productos cárnicos y clasificarlos según su calidad, ya que se ha demostrado la capacidad de clasificar los lotes según la cantidad de grasa presente y según la calidad de la carne, relacionada con el color, la textura y la cantidad de agua.
En otra se clasifican los plásticos en procesos de reciclado según su composición, consiguiendo un rendimiento mayor que el de las tecnologías que se emplean en la actualidad en las plantas de separación de material reciclado.
Empleando cámaras de visión infrarroja de alta sensibilidad y fuentes de luz de alta intensidad se ha demostrado la capacidad de esta tecnología de encontrar materias extrañas orgánicas e inorgánicas en productos como mermeladas y confituras, así como en productos del mar y productos cárnicos procesados. Esto es posible, ya que la luz infrarroja es penetrante a los productos orgánicos en bandas del espectro en las que el agua es poco absorbente.
Díaz apunta: “Los prototipos desarrollados y su aplicación a casos reales nos han permitido adaptar nuevas tecnologías de inspección que permitan resolver problemas que las tecnologías comercialmente disponibles no son capaces de resolver. Estas tecnologías se pueden adaptar a los requerimientos de las empresas, integrando la automatización en los procesos de control e inspección para mejorar la seguridad alimentaria, reducir los costes y mermas, así como aumentar la productividad mejorando el control en tiempo real de la calidad y la seguridad de los alimentos y envases durante el proceso productivo”.