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Según Ainia, Centro Tecnológico, alrededor del 50% de las sanciones a la industria agroalimentaria se centran en asuntos como la información sobre alérgenos y el origen de los productos que tiene que aparecer en las nuevas etiquetas.
Tras tres meses de la aplicación del reglamento de la UE sobre información al consumidor y etiquetado de los alimentos, que marca los requisitos que deben cumplir las etiquetas de lo productos alimenticios envasados, son varias las cuestiones que plantean mayor confusión en la industria a la hora de su aplicación.
José María Ferrer, jefe del departamento de legislación de Ainia Centro Tecnológico, apunta: “La confusión central atiende a una inadecuada interpretación que se hace del reglamento. En concreto, la identificación del origen de los productos y la gestión de la información relacionada con los alérgenos, son dos de las cuestiones que generan más dudas por parte de la industria a la hora de incorporarlos de forma adecuada y obligatoria al nuevo etiquetado de alimentos. Con relación a la información de alérgenos tanto en productos envasados como aquellos que se dispensan en canal Horeca, se está a la espera del Real Decreto que regule aspectos como la información alimentaria obligatoria de los alimentos que se presenten sin envasar para la venta al consumidor final (graneles) y a las colectividades (Horeca) los envasados en los lugares de venta, a petición del comprador”.
Otra confusión generalizada por parte de la industria se dirige a la información nutricional que tiene que aparecer en el etiquetado. Actualmente, su inclusión es de carácter voluntario, a partir del 13 de diciembre de 2016 será obligatorio. Aspectos como el valor energético, las grasas, las grasas saturadas, los hidratos de carbono, las proteínas, los azúcares y la sal. La confusión se centra actualmente en que no se tiene claro si realmente es obligatorio o no el etiquetado nutricional, ciertamente es voluntario. No obstante, aquellos que incorporan esta información han de respetar lo establecido por el Reglamento 1169/2011 de forma obligatoria.
Por otra parte, José María Ferrer apunta a que “el consumidor valora el refuerzo a la hora de identificar mejor los alérgenos y la fijación de un tamaño mínimo de letra, en este punto la sensación es agridulce, ya que desde el punto de vista de consumidores se queda todavía pequeño, en cambio la industria no opina lo mismo”.
Sanciones por el etiquetado
Alrededor del 50% de las sanciones a las empresas de la industria agroalimentaria se centran en errores en el etiquetado. Según José María Ferrer: “Los elementos que pueden dar lugar a un mayor número de sanciones suelen ser la denominación inadecuada del producto, la inclusión de alegaciones y/o declaraciones nutricionales injustificadas o la redacción incorrecta de listas de ingredientes”.
Ferrer, apunta a que “las principales consecuencias de las sanciones son económicas, en algunos casos retirada de producto, re-etiquetado, así como costes indirectos en forma de problemas con clientes e incluso cuestiones que afecten a la reputación del producto o la marca”.
Formación en el etiquetado a alimentos
Estos cambios normativos han supuesto que el hecho de conocer las principales novedades sobre etiquetado haya pasado a ser uno de los desafíos actuales de las empresas de alimentación.
Para respaldar a las empresas en este proceso, Ainia Centro Tecnológico ha organizado un curso el próximo 4 de marzo: Etiquetado e información en productos alimenticios, donde se analizará la situación en esta materia y se expondrán casos/ejemplos prácticos que ayuden a las empresas a interpretar y adaptar sus productos a los requerimientos legislativos.
El curso esta dirigido a todos aquellos profesionales del sector alimentario con inquietudes en materia de información y etiquetado de los alimentos. El curso tendrá un enfoque eminentemente práctico para facilitar la interpretación de la legislación y se analizará el escenario con el que podremos encontrarnos en materia de información y etiquetado en los próximos años.