Nuevos retos para un nuevo año

Acaba  el año 2019 dejando un sabor de boca agridulce, sobre todo en el aspecto económico. Comenzó de manera bastante positiva, con crecimientos en los primeros meses -en números similares a los del año anterior- y fue perdiendo fuelle, no tanto por debilidad propia sino más bien por agentes externos de indudable transcendencia, como el débil crecimiento de Alemania, el Brexit y la guerra comercial librada entre Estados Unidos. Además, en el caso de la industria alimentaria se añadieron la crisis de la listeriosis, que dejó un gran número de personas intoxicadas y un subsector, el de la carne mechada, que no levanta la cabeza desde entonces; y los nuevos aranceles que EE.UU. impuso a los productos agrícolas de la Unión Europea, que entraron en vigor en octubre de 2019. España es uno de los países más perjudicados, ya que en 2018 se vendieron al país liderado por Donald Trump productos alimenticios por un valor total de más de 1.800 millones de euros. (...)