Cambio de paradigma

Dejamos atrás el año 2018 y encaramos con optimismo y renovadas energías el nuevo 2019. Será un periodo en el que la industria de alimentación y bebidas tiene que dar los pasos adecuados para seguir siendo competitiva e innovadora, no solo en el mercado interno si no también en el exterior.
Así las cosas, los próximos meses veremos como tecnologías de vanguardia de alto valor se irán implementando en un sector muy atomizado y compuesto, en una inmensa mayoría, por pymes y empresas familiares de tamaño mediano. Esas innovaciones ya han conseguido ser de gran utilidad en sectores industriales punteros como el aeronáutico y el de automoción; y poco a poco, las experiencias de uso de esas innovaciones que se han demostrado eficaces y eficientes irán trasladándose a otros sectores como el de salud y, como no, el que nos compete.
Según Orizont, la aceleradora agroalimentaria creada por la Sociedad de Desarrollo de Navarra (Sodena), las tecnologías que han irrumpido con fuerza en este año 2018 son varias: el uso de aplicaciones móviles, la agricultura de precisión o inteligente, el uso de energías renovables, avances en biofertilizantes, la robótica, la biotecnología y el desarrollo de invernaderos 4.0. Algunas de estas tendencias innovadoras, como la automatización, van a provocar que el sector agroalimentario experimente un gran salto cualitativo tanto en los procesos de producción como en los de distribución. El desarrollo e implementación de estas vanguardias tiene que contar con el apoyo decidido de todos los actores implicados en un sector industrial de gran importancia en España.
Al mismo tiempo que los productores y fabricantes de alimentos y bebidas mejoran sus capacidades, se van a ver también obligados a hacer cada vez más caso a la opinión de los consumidores. Crece la concienciación medioambiental y la mayoría de personas prefiere consumir productos más sanos y que dejen una menor huella de carbono. En este aspecto tiene un protagonismo especial el que podríamos llamar material rey de los envases alimentarios: el plástico. Centros tecnológicos y universidades ya llevan años trabajando en materiales plásticos reciclables y renovables y, más pronto que tarde, el tradicional plástico no biodegradable irá desapareciendo de los lineales de los supermercados.
Afrontamos así el año 2019 como fundamental para que este cambio de paradigma, que nos llevará a una industria más responsable y más innovadora, se haga realidad.