El poder de la tecnología

Dado que la industria de la alimentación y bebidas es uno de los primeros sectores de España en diferentes aspectos, como número de empleados, aportación al PIB y exportaciones, entre otros, el objetivo debe ser continuar en ese camino de una manera cada vez más eficiente, competitiva y sostenible.

La mejor forma de ganar productividad sin perder calidad es apostar por las nuevas tecnologías, que ya son básicas en otros sectores industriales tradicionalmente innovadores como el aeronáutico y la automoción. La llamada Industria 4.0, que nació en Alemania hace pocos años, se ha impuesto con fuerza como el método que va a revolucionar la manera en que se fabrican las cosas. Además, esas tecnologías van a aportar a las empresas de alimentación la innovación necesaria para poder seguir siendo las primeras de la clase. En un entorno en el que la mayor parte de la industria alimentaria está formada por pymes, son los centros tecnológicos los que pueden ayudar a implementar estas nuevas tecnologías sin perder la esencia del negocio, ya que al ser empresas pequeñas y medianas, tienen menor capacidad de inversión en I+D+i que las grandes compañías.