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Artículo de Sergio Giménez Bueno, responsable de Negocio y Desarrollo de Mercados de Aimplas (Instituto Tecnológico del Plástico), en el que explica el problema del desperdicio alimentario y da las claves de lo que la innovación y la tecnología puede hacer para frenar ese dispendio.
El desperdicio alimentario es actualmente uno de los grandes problemas de la sociedad en los países más desarrollados. Más de 100 millones de toneladas de alimentos se desperdician anualmente en Europa, y la tendencia es llegar a las 125 en 2020. Prácticamente 1/3 de los alimentos producidos se pierden anualmente en el mundo con una cifra que ronda 1.300 millones de toneladas al año. Por países, España es el sexto país en Europa en desperdicio de alimentos con una cifra de 95 kilos por persona y año. Existen también otros datos relevantes: el 65% de la población desperdicia alimentos que se han deteriorado por mala conservación o almacenamiento y cerca del 30% por productos caducados.
Con todos estos datos se pone de manifiesto la necesidad de trabajar en medidas que ayuden a reducir el desperdicio de alimentos. Desde la Unión Europea se están promoviendo acciones para trabajar en la solución de este problema. Un ejemplo es la plataforma Save Food, una iniciativa surgida en el ámbito de Interpack (Feria de envase y embalaje de Messe Düsseldorf), e impulsada también por la FAO (Organización de Naciones Unidas en Alimentación y Agricultura) y la UNEP (Programa de Medioambiente de Naciones Unidas). En la plataforma actualmente hay más de 120 empresas y entidades, integrándose todos los eslabones de la cadena: desde la materia prima hasta la distribución de los alimentos
Entre los objetivos de SaveFood destaca la sensibilización de la industria para evitar la pérdida de alimentos. Aimplas se ha sumado recientemente a esta plataforma para contribuir al desarrollo de soluciones de la cadena de valor de los alimentos a partir de la interacción y el diálogo con otros agentes de la economía, la política y la investigación. La plataforma es el foro ideal para mantenerse al día de los estudios más recientes y las mejores prácticas en la lucha contra el desperdicio de alimentos.
Hay muchas acciones que se pueden hacer dependiendo del eslabón de la cadena. Centrado con la parte de envases y materiales plásticos las alternativas son varias:
La primera poner medidas enfocadas a alargar la vida útil del producto a través del los envases para que permita una distribución más segura y más prolongada en el tiempo de forma que los alimentos no caduquen pronto.
En segundo lugar fijar sistemas de aviso del estado del producto. Actualmente nos basamos en fechas de caducidad o consumo preferente, pero estas fechas se basan en estudios en unas condiciones controladas que muchas veces no se corresponden con la realidad. Si tuviéramos sistemas que nos indicaran de forma inequívoca cuando un producto no está en mal estado sería fundamental para no desperdiciar alimentos.
Por último, otra línea de actuación es sobre el desperdicio generado de forma que podamos valorizarlo para tener otros productos. Uno de ellos por ejemplo es obtener plásticos a partir de los residuos que generamos.
Además de lo anterior se pueden tomar otras muchas medidas aplicadas a la propia industria alimentaria y sus procesos de fabricación, o incluso a los consumidores. Relacionados con los consumidores, por ejemplo es importante realizar campañas de información para concienciar al ciudadano con el objetivo de que hagamos una compra responsable y de que ajustemos los alimentos a lo que vayamos a consumir. Un dato significativo es que el cerca del 90% de la población tiene excedentes en la comida que prepara y que posteriormente tira.
Experiencia en proyectos de I+D
Aimplas tiene una amplia experiencia en el desarrollo de proyectos de I+D relacionados con el desarrollo de envases destinados a alargar la vida útil de los alimentos y con el aprovechamiento de los desperdicios de la industria alimentaria.
Para alargar la vida útil Aimplas está trabajando con:
Alimentos para envasar alimentos
Sobre el aprovechamiento de residuos o subproductos de la industria agroalimentaria para la obtención de bioplásticos hemos trabajado en varios proyectos, por ejemplo obtención de film a partir de residuos de pan y bollería, la obtención de botellas a partir de las aguas residuales de empresas de zumo o la fabricación de bioplásticos a partir de la paja de trigo para aplicaciones técnicas como electrodomésticos o video porteros.
Es el caso de Phbottle: Desarrollado conjuntamente con Ainia, su objetivo es obtener un nuevo envase para zumos, biodegradable y con propiedades antioxidantes (que alargue la vida útil del alimento que contenga) fabricado a partir de los azúcares y de otros residuos ricos en carbono, nitrógeno y oxígeno existentes en las aguas residuales de las propias industrias de zumos.
En la misma línea se ha desarrollado Bread4Pla, un proyecto europeo financiado por el programa Life+ de la UE para fabricar envases biodegradables para pan y bollería a partir de los residuos que genera la propia industria del pan con los recortes de bizcocho y la corteza del pan de molde. El resultado son envases de plástico que no es necesario separar de la basura orgánica, ya que en condiciones de compostaje se convierten en abono.
También en colaboración con Ainia, Aimplas ha llevado a cabo otro proyecto europeo Life+ bautizado Wheypack y cuyo principal objetivo es demostrar que puede fabricarse un nuevo envase para productos lácteos con materiales 100% biodegradables, que permitan un menor impacto ambiental y disminuir la huella de carbono de los envases plásticos tradicionales utilizando los excedentes de suero de la fabricación de queso para generar el nuevo material del envase.